domingo, 21 de julio de 2013

BASTA DE BARRAS

Si la fe mueve montañas ¿Qué decir de la pasión? La pasión mueve cordilleras, gobiernos, continentes enteros ¿Cuánta gente será? La que se deja crecer las uñas toda la semana para comérselas el domingo en noventa minutos, la que soporta siete días de rutinaria angustia con la ilusión de gritar un gol el fin de semana.

En un mundo agobiado por las presiones de lo inmediato, la única que sobrevive es la futbolera, la que mira la tabla pensando en el campeonato, en las copas, en el descenso, en un más allá que trasciende los límites de la factura de luz que vence mañana. Lastimosamente en un planeta contaminado, ni el más honesto de los sentimientos se salva. 

La televisación, los pases millonarios, las publicidades que ensucian las camisetas. El fútbol es un negocio y estamos todos de acuerdo. Pero existe un marketing mucho mas oscuro que el de las empresas que pagan para que su nombre aparezca en el partido del sábado. Es una campaña de la que todos somos cómplices y partícipes. "Amargos, no se la bancan", "Cagones, se defienden a tiros", "Van a la cancha con la Federal". Quizás difiera con la mayoría de las personas, pero ninguna de esas frases hace a lo que se suele denominar "El folklore del fútbol" ¿Alguna vez se pusieron a pensar a quiénes benefician expresiones?  

"La cultura del aguante". No es hincha el que junta peso por peso toda la semana para llevar al nene a la cancha, tampoco el que viaja mil quinientos kilómetros para ver a su equipo. Hoy, el hincha es el que mas se la banca, el que ve a dos simpatizantes adversarios y los muele a golpes, el que canta todo el partido porque no le interesa si el club gana o pierde. 

Todos sabemos que esos que llegan veinte minutos tarde golpeando bombos son unos delincuentes ¿O alguien tiene dudas de que no son hinchas del club sino que viven de él? Ahora... a la hora de "Todos con el culo en la pared, llegó la hinchada", todos les hacemos caso. Somos todos boludos, les damos la espalda y los recibimos con aplausos, cantos y serpentinas como si fueran nuestros ídolos. "¿Viste como la 12 alentó todo el partido?", "River perdió 4 a 0 y los borrachos del tablón fueron una fiesta", "La Guarda Imperial bla, bla, bla", "La Butteler bla, bla, bla".

Si el réferi nos perjudica en un lateral lo silbamos todo el partido. Lo mismo al 9 que erró un penal. Ahora, a los que nos roban todo el tiempo los aplaudimos jubilosos al canto de "Llegó la hinchada" ¿La hinchada? ¿¡LA HINCHADA!? ¿Qué es, una joda? Hinchada somos nosotros, no ellos. Dejemos de aplaudirlos, dejemos de avalarlos ¡Basta! ¡Basta de barras!

Por Rawson

No hay comentarios:

Publicar un comentario